CVS y Walgreens, dos destacadas cadenas de farmacias de Estados Unidos, han anunciado su intención de solicitar la certificación para vender píldoras abortivas en virtud de una nueva normativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Esta medida supone un avance significativo, ya que permitirá a las farmacias minoristas dispensar por primera vez las píldoras recetadas, concretamente la mifepristona.
Aunque las pacientes seguirán necesitando una receta de un profesional sanitario certificado, esta acción federal tiene el potencial de ampliar el acceso al aborto con medicamentos. Las farmacias que acepten recetas y cumplan determinados criterios podrán dispensar las píldoras tanto en sus establecimientos como por correo, lo que podría ampliar su disponibilidad en varios lugares.
Aunque las cadenas no han facilitado detalles concretos sobre el calendario y los métodos de distribución, CVS y Walgreens han manifestado su compromiso de cumplir las leyes estatales que prohíben o restringen el aborto, que actualmente se aplica en aproximadamente la mitad de los estados del país.
Amy Thibaut, portavoz de CVS, declaró: «Tenemos previsto solicitar la certificación para dispensar mifepristona donde la ley lo permita.» Fraser Engerman, representante de Walgreens, expresó un sentimiento similar, diciendo: «Tenemos la intención de convertirnos en una farmacia certificada bajo el programa. Estamos trabajando en el registro, la formación necesaria de nuestros farmacéuticos, así como evaluando nuestra red de farmacias en términos de dónde dispensamos normalmente los productos que tienen requisitos adicionales de la FDA y los dispensaremos de acuerdo con las leyes federales y estatales.»
Las píldoras abortivas, que ya se utilizan en más de la mitad de las interrupciones del embarazo en Estados Unidos, han acaparado cada vez más atención tras la decisión del Tribunal Supremo del año pasado de anular el derecho federal al aborto. Con los estados conservadores aplicando prohibiciones o estrictas restricciones al aborto, estas píldoras se han convertido en el centro de los debates políticos y jurídicos. La decisión de CVS y Walgreens de ofrecer estas píldoras puede situarlas en el centro de la actual polémica sobre el aborto en el país.
La Asociación Americana de Farmacéuticos ha expresado su apoyo a la decisión de la FDA, instando a la agencia a permitir que cualquier farmacia que decida dispensar mifepristona obtenga la certificación. La directora general interina de la asociación, Ilisa Bernstein, subrayó que, aunque no está segura de cuántas farmacias optarán por dispensar mifepristona, la organización agradece el mayor acceso a un medicamento aprobado por la FDA. Bernstein también reconoció que las farmacias actuarían con cautela a la hora de decidir si ofrecen las píldoras en estados con prohibiciones o restricciones del aborto, ya que no querrían poner en peligro sus licencias.
El proceso para que las farmacias obtengan la certificación para dispensar mifepristona conlleva requisitos administrativos que van más allá de los que suelen asociarse a otros medicamentos. Esto incluye designar a un empleado responsable de garantizar el cumplimiento. La confidencialidad es otro aspecto crucial, ya que las farmacias están obligadas a mantener en secreto los nombres de los profesionales sanitarios certificados que recetan mifepristona para proteger su intimidad y seguridad. Esto puede plantear problemas logísticos a las grandes cadenas como CVS y Walgreens, ya que deben restringir el acceso a dicha información dentro de cada tienda en lugar de mantener una base de datos en toda la empresa.
La mifepristona, la primera píldora utilizada en el régimen de aborto farmacológico con dos fármacos, bloquea una hormona necesaria para el desarrollo del embarazo. La FDA autoriza su uso dentro de las 10 primeras semanas de embarazo, pero muchas clínicas y proveedores de telemedicina han ampliado su uso hasta las 12 o 13 semanas basándose en el criterio médico. El misoprostol, el segundo fármaco del régimen, está menos restringido y se utiliza habitualmente para diversas afecciones médicas. Se puede obtener fácilmente en farmacias mediante un proceso de prescripción estándar y se toma entre 24 y 48 horas después de la mifepristona para inducir contracciones que expulsen el tejido del embarazo.
Aunque actualmente la mifepristona sólo está aprobada para el aborto, también se utiliza en el tratamiento de ciertos abortos espontáneos. Grupos de defensa de los derechos, como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y la Asociación Médica Americana, han solicitado a la FDA que suavice las restricciones sobre el uso de la mifepristona para abortos espontáneos, lo que pone de relieve la necesidad de actuar en este ámbito.